Nueva Junta Rectora «Golpe a golpe, verso a verso» 

Desde hace apenas dos años han pasado muchas más cosas que tiempo. Muchas veces, conviene hacer un pequeño alto para entender, para atender y para escuchar a la realidad que hoy, a comienzos de 2005, nos invita a echar de vez en cuando la vista atrás buscando recordar cómo llegamos a donde hemos llegado, y sobre todo por qué.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar,
Golpe a golpe, verso a verso…

(Antonio Machado)

Y sí, se hace camino al andar, pero sobre todo se aprende a caminar. En estos dos años Achalay ha aprendido muchas cosas, y muchas de ellas, efectivamente, golpe a golpe y verso a verso.

Las más importantes, sin duda alguna, no hablan de gestión ni de promoción ni de organización. Las más importantes aparecen como marco de referencia del día a día de lo que unos y otros deseamos de esta Asociación.

Un día a día que nos invita a la no alineación con posiciones de uno u otro lado sino del lado de todas aquellas realidades que resultan incuestionables, se miren desde donde se miren. Sumar y no restar, ayudar y no permanecer ocioso, emprender y no bajar los brazos e intentar transmitir esperanza son axiomas incuestionables. Luego, lo haremos mejor o peor, con más o menos acierto, pero con ese criterio, con ese sentimiento.

Un día a día que nos exige una unidad en lo esencial, en que el mayor valor de cada uno es cada uno y con él lo que aporta en ilusión, en saber, en voluntad, en contactos y en trabajo y en trabajo y en trabajo. Un trabajo con un espíritu completamente amateur, con una vocación de entrega absolutamente gratuita y sin embargo con la mayor seriedad y profesionalidad posible.

Un día a día que reclama una acción decidida en pos de aquello que planteamos sin perdernos en muchos circunloquios, ni en maniqueísmos innecesarios y que, sobre todo, nos obliga a alcanzar los óptimos de la cultura del Gasto Cero de manera que asignemos a quien a más necesita la totalidad de lo que conseguimos.

Y así deseamos que funcione el día a día de esta nueva Junta Rectora que inició su andadura a la vuelta de las vacaciones. Alberto, Chema, Jorge (Lito), Miriam, Elena, Francisco, Alfonso y Ramón, estamos trabajando desde entonces con toda la ilusión y creyendo en esos mismos criterios por que creemos que son los que nos identifican.

Ya somos más de cien, ya estamos por encima de los 22 proyectos aprobados y financiados, en tres continentes, la página web ya es un punto de referencia para socios y amigos, ya nos conocen y apoyan varias empresas, en verano optaremos a la declaración de “Utilidad Pública”, vamos a iniciar programas de voluntarios, y etc, etc, etc.

Pero sin perder de vista lo más trascendente que en este caso en también lo más sencillo. Esta es nuestra Asociación, la de cada uno de nosotros, la de los socios. Con la puerta abierta a cualquier sugerencia, reclamo, aclaración, información y por supuesto con la esperanza de que cada día pueda presentarse un socio con una nueva inquietud en busca de quien respalde su empeño. Por que esto es Achalay.

Y al final todos tenemos repartida la función más trascendente de todas. Todos podemos hablar, contar, movilizar, abrir puertas, traer socios, trasmitir proyectos, emprendimientos, echar una mano. Al final, todos somos el futuro de “Esto” que nos traemos entre manos.

La nueva Junta Rectora mira con ilusión y mucho trabajo al futuro, pero no olvida nunca que mirar hoy dos años hacia atrás es ver el paso del no ser al ser, que será, sin duda alguna, el paso más trascendente de esta historia que es Achalay.

Mirar hacia atrás una última vez sirve para veros llegar como fuisteis llegando por vez primera, para saber que ya no somos diez sino ciento diez y para recordar que cada uno llegó con sus íntimas inquietudes, con sus más personales motivaciones, con sus propios valores y con sus convicciones más asentadas. Y eso fue, eso es, y así será en un futuro, esta Asociación.