«Achalay nace de una sencilla pero intensa experiencia de Vida»

Los orígenes de la Asociación, las señas de identidad y los objetivos propuestos para el 2005 son algunos de los temas que pudimos tratar con el actual presidente de la Asociación Achalay, Ramón Pinna.

Para empezar la entrevista, una pregunta que te habrán hecho muchas veces: ¿qué quiere decir “Achalay”? ¿Y qué relación tiene su significado con el espíritu y los objetivos de esta asociación?

El término Achalay es una manifestación máxima de admiración, de contemplación. Procede de una lengua Incaica, el Diaguita (variante del Quechua) que se hablaba y hoy aún se mantiene en la zona del Noroeste Argentino. Nos la enseño un misionero español de aquellos lugares y se la pusimos a un pequeño grupo de teatro con niños que hicimos en 2000. Ya en Madrid, dos años después, nos gustó para este proyecto. En nuestra lengua sería “Algo Maravilloso”.

También nos preguntan con frecuencia cómo se gestó Achalay y pasó de ser una idea a una realidad. ¿Cómo fueron aquellos inicios?

Achalay nace de una sencilla pero intensa experiencia de Vida. Este tipo de emprendimientos jamás ven la luz en una sala de Juntas o con un orden programado. Algunos de nosotros viajamos unos años a países con realidades muy difíciles, muy comprometidas y sobre todo, muy comprometedoras. Cualquiera que pase por allí no puede permanecer ocioso, no puede seguir como si nada.

Pero al final cada cual es útil al bien de este mundo haciendo lo que sabe hacer y dirigiéndolo hacia una causa indiscutible ante los ojos de cualquiera, el sufrimiento, la necesidad, el dolor. Y de esa manera nos pusimos manos a la obra.

Los inicios fueron complicados pero emocionantísimos. Pero no cambio los inicios por lo que viene, por el futuro, por los nuevos retos aunque tengo la certeza de que serán, si cabe, más complejos y más emocionantes.

¿Imaginabas hace dos años un desarrollo como el que hemos tenido durante esta corta andadura?

Si me dejas en manos de la imaginación te diré que sí, si me lo planteas con la racionalidad del sentido común te digo que ni en los momentos de máxima emoción preveíamos un desarrollo de este tipo. Pero no te hablo ya de los socios de Achalay, te hablo de el conocimiento, la difusión que empezamos a alcanzar, los hitos en forma de proyectos que ya abordamos, no se, tampoco tenemos una base como para comparar, pero sí que tenemos la certeza de que con la ilusión que hay, con la seriedad, y con el trabajo esto no ha hecho sino empezar.

Y esto es labor de todos, a finales de 2003 éramos 50 socios. A finales de 2004 110. Y esto no es casualidad. Seguir en esta línea y a estos niveles es tarea de todos, ilusión de todos, puesto que todos podemos hablar, transmitir, invitar a otros a acercarse a ayudar. A ti que nos preguntas … ¿te parece una locura querer ser 200 a finales de 2005? Pues a nosotros tampoco.

Mucha gente opina que todas las asociaciones y ONG’s responden a patrones similares. ¿Cuáles son las señas de identidad de Achalay?

Verás, el colectivo de personas que puso en marcha Achalay, está compuesto por profesionales muy sólidos del mundo de la empresa, de la ciencia, de la ingeniería, de la medicina etc.… pero ninguno procede del entorno del tipo de instituciones que mencionas. Esto supuso algún inconveniente pero infinitas ventajas. La fundamental de ellas es el ir aprendiendo nosotros, ir cometiendo errores, ir apuntando éxitos.

Desde el principio renunciamos a ser una ONG y apostamos por la más sencilla de todas la formas jurídicas del ordenamiento, La Asociación.

En cuanto a los criterios de identidad de Achalay, y para que entiendas lo que te comentábamos al principio, llegaron mucho más tarde que todo lo demás. Ha sido el día el que nos ha enseñado qué es exactamente lo que nos da valor. Y ahora, sabiéndolo, es lo que tratamos de garantizar y mimar desde cualquiera de las perspectivas de la Asociación.

Este día a día nos invita a la no alineación con posiciones de uno u otro lado sino del lado de todas aquellas realidades que resultan incuestionables, se miren desde donde se miren. Sumar y no restar, ayudar y no permanecer ocioso, emprender y no bajar los brazos e intentar transmitir esperanza son axiomas incuestionables. Luego, lo haremos mejor o peor, con más o menos acierto, pero con ese criterio, con ese sentimiento.

Un día a día que nos exige una unidad en lo esencial, en que el mayor valor de cada uno es cada uno y con él lo que aporta en ilusión, en saber, en voluntad, en contactos y en trabajo y en trabajo y en trabajo. Un trabajo con un espíritu completamente amateur, con una vocación de entrega absolutamente gratuita y a la vez con la mayor seriedad y profesionalidad posible.

Un día a día que reclama una acción decidida en pos de aquello que planteamos sin perdernos en muchos circunloquios, ni en maniqueísmos innecesarios y que, sobre todo, nos obliga a alcanzar los óptimos de la cultura del Gasto Cero de manera que asignemos a quien a más necesita la totalidad de lo que conseguimos.

¿Crees que la gente de nuestro entorno que no pertenece a la asociación se identifica con nuestras inquietudes? O con otras palabras, ¿crees que las personas son esencialmente solidarias y sólo necesitan una oportunidad cercana para implicarse en un proyecto como Achalay?

Nosotros no sabemos mucho de Filosofía, ni de Humanismo ni corrientes de pensamiento, pero tenemos el convencimiento, casi pueril, de que la gente es buena, la gente de nuestro entorno es muy buena.

Cada uno de ellos soporta compromisos familiares y personales elevadísimos, por ejemplo “ser madre”, en los que se invierte mucho esfuerzo, mucho empeño y mucha Vida. Así la realidad nos presenta colectivos con medios, pero si tiempo real ni de maniobra que les permita un día a día en algo que seguro le llenaría.

Estamos convencidos de que el mayor valor que les ofrece Achalay a sus socios es la confianza absoluta en que todo lo que aportan se destina a fines justos, de desarrollo, estudiados, valorados y supervisados.

Por supuesto que hemos de ambicionar cada día el implicar a nuestros socios a que nos presenten sus inquietudes y nos ayuden a darles forma, y desde aquí les invitamos a que lo hagan cuando lo deseen.

Y a estas personas de nuestro entorno, ¿qué puede ofrecerles Achalay que no tengan otras asociaciones?

Precisamente lo que veníamos comentando antes. En Achalay cada uno llegará hasta donde desee, sabiendo que el deseo va de la mano con el trabajo y como decía aquel viejo dicho “quien más mande que sea el que más ame” es decir, que las puertas están abiertas hasta el final, hasta el fondo, pero el trabajo y el compromiso deben las llaves.

A un menor nivel, cualquier socio puede acceder a toda, y cuando decimos toda es toda, la información, las cuentas, los documentos de trabajo, los registros que desee y por supuesto acudir a cualquier reunión de la Junta Rectora, que ya os contamos que son los últimos jueves de mes a las 20:00.

En breve presentaremos un par de centros para hacer voluntariado en Madrid, uno de ellos ya activo y para verano estamos trabajando para empezar a “colocar”, a ayudar a nuestros socios a tener una experiencia en misión, con nuestros socios locales o de destino.

Pero lo que más nos interesa es lo anterior, cualquiera puede escribir a info@achalay.es desde la web y sabe positivamente, que será leído, respondido y agradecido por compartir y ofrecerse.

¿Cuáles son, en tu opinión, los principales aspectos en los que deberíamos mejorar?

Uf, ahí nos disteis un coscorrón. Indudablemente, cada aspecto de la vida de la asociación es mejorable y cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad verá errores por cada esquina, y por favor que nos los haga saber por que es, ése precisamente, el camino de la mejora continua.

En este momento venimos trabajando muchísimo en ámbitos muy poco lucidos para la asociación, pero imprescindible si queremos seguir adelante. Formas de trabajo, planteamiento estándar en materia de financiación y seguimientos de proyectos, gestión documental y del conocimiento de la asociación, la búsqueda de “campos de misión” para trabajar en verano y sobre todo la preparación del Expediente de Utilidad Pública que presentaremos en Junio de este año con el fin de ser reconocidos como Asociación de Utilidad Pública.

Creemos, por tanto que el análisis va en términos de progresar y consolidar los pasos tan importantes ya dados, seguir mimando el gasto cero, la información abierta, el espíritu amateur y la seriedad absoluta.

Y por último, ¿qué objetivos te planteas para el año 2005?

Nos dejáis imaginar o vamos por lo racional… Si releemos todo lo anterior, creo que perfeccionar el funcionamiento y madurar como organización es muy importante, pero poco evaluable ¿verdad?

Tenemos clarísimo que si doblamos o triplicamos nuestra masa social estaremos doblando y triplicando la capacidad de ayuda, de seguir trabajando con el corazón. ¿Nuestro objetivo? Volver a doblar en socios. Alcanzar los 200 al final de este 2005. Es tarea de todos y a todos os pedimos el empeño y la ayuda.