El proyecto Lanzadera. Cambiando el futuro de jóvenes en exclusión

El proyecto Lanzadera de Achalay ofrece apoyo y orientación para que jóvenes que están estudiando secundaria puedan soñar con un futuro. Durante el año 2022 hemos acompañado a 24 adolescentes en su transición a la vida adulta y prevención de abandono escolar.
Aunque parece que fuera prácticamente ayer, han hecho ya 13 años desde que abrimos las puertas del Centro de Acción Social de Achalay en San Blas. Y a mediados del pasado mes de diciembre, ya casi terminando un año caótico y complicado para muchas personas como ha sido 2021, abrimos la puerta de un aula del IES Barrio de Simancas para iniciar un nuevo proyecto: Lanzadera. Un proyecto pensado para chicos y chicas que estudian la ESO.
Lanzadera es un espacio de encuentro y participación desde el que pretendemos ofrecer a las personas participantes apoyo y orientación en su proceso de transición a la vida adulta para desarrollar capacidades que contribuyan a su bienestar, autonomía e inclusión social.

El proyecto Lanzadera

A través de este proyecto queremos provocar procesos de cambio en los y las jóvenes. Queremos que amplíen las perspectivas que tienen sobre su propia capacidad de crecimiento y desarrollo, y que los límites que pongan a sus sueños sean los mismos que cualquier otro joven de su edad. Para ello, contamos con la colaboración de empresas amigas que nos apoyan en este proyecto, y de su mano, iremos tejiendo “experiencias formativas” que permitan ir generando todo un abanico de posibilidades para que los chicos y chicas vayan descubriendo su propio camino.
Ese camino no está escrito ya. Parece que hoy en día hay cierto acuerdo en que el nuestro es un mundo inestable, donde es difícil futurizar teniendo en cuenta lo inseguro y variable del momento. Sin embargo, paradójicamente, para los niños y niñas de hogares vulnerables pareciera que su futuro estuviera ya escrito, y de una manera nada positiva. ¿Cómo es posible que sea tan predecible su evolución en un mundo tan lleno de incertidumbres? ¿Por qué automáticamente articulamos lo que será la vida de un niño o una niña de cinco años que pertenece a una familia sin recursos económicos si no tenemos idea alguna de cómo será la de un niño o niña de un hogar sin aparente vulnerabilidad? Desgraciadamente, la pobreza se hereda. Pero ¿por qué le damos tanta fuerza devastadora proyectándola a futuro, aniquilando con ello los sueños, las expectativas de los niños y niñas que están empezando a caminar?.

Aumenta la pobreza y la brecha de desigualdad

En la actualidad, 1 de cada 5 personas (un 26,4% de la población española) se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Personas que han visto agravada su situación por la crisis sanitaria, económica y social que estamos viviendo y que, en muchos casos, tienen hijos e hijas en edad escolar a su cargo. Además, el informe AROPE 2021 demuestra que los hogares en que viven niños, niñas y adolescentes son los más afectados por estas situaciones de pobreza y desigualdad, y que los que ya eran considerados pobres antes de la crisis, ahora lo son mucho más.
Hogares de bajos ingresos donde la brecha de la desigualdad y la inestabilidad hace que muchos de estos jóvenes no se planteen un futuro con oportunidades. Hogares que desean lo mejor para sus hijos e hijas pero donde las prioridades en muchos casos son poder pagar la factura de la luz, conseguir alimentos para la familia, evitar un desahucio o poder acceder a alguna ayuda económica que les permita un pequeño desahogo.
En el mundo,160 millones de niños y niñas son explotados laboralmente. Niños y jóvenes sin infancia que se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias. Sin irnos tan lejos, en nuestro país también hay niños y jóvenes sin futuro, que están escolarizados pero que, por falta de referentes, expectativas y oportunidades, no ven ninguna salida. Este es el perfil de jóvenes a los que queremos llegar a través del proyecto Lanzadera.

Somos Capaces. Danos la Oportunidad

A finales de 2021, presentamos nuestra campaña Somos Capaces. Danos la Oportunidad, donde buscamos sensibilizar sobre la realidad de los niños, niñas y jóvenes con los que trabajamos desde Achalay, a la vez que conseguir financiación para cubrir los costes de un alumno o alumna en el proyecto Lanzadera.
Porque nuestro trabajo es poder ayudarles a cumplir sus sueños y demostrarles que ellos y ellas son capaces de lograrlos.
En Achalay nos rebelamos precisamente a esa predicción negativa y luchamos cada día para que esa mirada limitante hacia estos niños y jóvenes se evapore ante el empeño de creer en la igualdad de oportunidades y crear espacios seguros donde el estigma de la pobreza no encuentre asidero. Gracias a todas las personas que hacéis posible que sigamos abriendo puertas.